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   HISTORIA DE LA RELACIÓN INFERTILIDAD-PROBLEMAS PSICOLÓGICOS   
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Problemas psicológicos
 

HISTORIA

En la década de los años 50 y 60 se afirmaba que alrededor del 40% de los problemas de infertilidad se podían explicar por causas psicológicas. En estas se llegaron a relacionar la infertilidad con conflictos tempranos en la relación madre-hija o concibiendo la infertilidad como una mera defensa del cuerpo contra el estrés del embarazo y la maternidad, reduciendo la infertilidad a un problema exclusivo de las mujeres.

No sería hasta finales de la década de los años 60 cuando ésta concepción empezaría a cambiar significativamente. Durante esos años, los avances en medicina reproductiva permitieron que disminuyera la frecuencia del diagnóstico de infertilidad por causa desconocida, lo que provocó que se empezaran a analizar dichas hipótesis. 

Se llevaron a cabo estudios en los que se compararon grupos de mujeres infértiles con grupos de mujeres fértiles, llegando a la conclusión de que no había diferencias significativas, previas al tratamiento de reproducción asistida, en el estado psicológico entre ambos grupos.

Adicionalmente, se plantearon ciertas controversias sobre el sesgo de género en la mayoría de los estudios, y surgieron informes clínicos que sugerían la existencia de reacciones emocionales predecibles ante la infertilidad, sobre las cuales se podía intervenir mediante el apoyo psicológico y producir beneficios considerables. De este modo, hacia finales de la década de los años 70 las investigaciones se dirigieron a intentar describir e interpretar las consecuencias psicológicas de la infertilidad.

Se concibió el problema reproductivo como un factor de vulnerabilidad personal, hacia determinadas consecuencias psicológicas, y se puso en evidencia la diversidad de respuestas psicológicas que las personas presentaban ante su infertilidad. Fue a partir de 1980 cuando la mayoría de los estudios se mostraron interesados en demostrar esa diversidad de respuestas emocionales.

Pusieron en evidencia que si bien no podía decirse que existieran diferencias significativas en el estado psicológico entre parejas infértiles y parejas fértiles, previas al tratamiento médico, resultaba evidente que las primeras experimentaban un alto grado de disforia y euforia como resultado de la infertilidad y su tratamiento. De hecho, varios estudios concluyeron que un porcentaje alto de mujeres infértiles presentaban consecuencias psicológicas serias a causa de su infertilidad, y que tanto hombres como mujeres infértiles experimentaban depresión y desespero durante el tratamiento inicial y la transferencia de embriones.

Desde finales de la década de los años 80 hasta la actualidad, se han publicado numerosos estudios en los que se relaciona el estrés y su afrontamiento, con la condición de infertilidad. En general presuponen que la infertilidad impactará en forma distinta a cada persona dependiendo de la influencia de factores como el género, la edad, la personalidad del individuo, su historia personal previa y los estilos particulares de afrontamiento que cada persona despliegue ante situaciones adversas.

También intervendrán otras variables como el diagnóstico de infertilidad y el significado que cada persona le atribuya, la interacción de la pareja con sus redes de apoyo social (familiar y social), las creencias presentes en torno a la procreación o el acceso a un adecuado tratamiento médico y asistencial. Concretamente se le da especial importancia al estrés, al sugerir que éste podría llegar a influir en el resultado de los tratamientos de infertilidad.