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VARIABLES
Entre las variables asociadas a la infertilidad, su diagnóstico y tratamiento que más atención han recibido por parte de los profesionales de la salud se encuentran las siguientes:
Estrés. En general se considera que una persona se encuentra sometida a una situación de estrés cuando ha de hacer frente a situaciones que sobrepasan sus recursos, de manera que percibe que no puede darles respuesta de forma efectiva.
Si bien no puede establecerse una relación directa entre estrés e infertilidad, algunos estudios sugieren que éste puede influir en el resultado de los tratamientos de fertilidad, disminuyendo el número de concepciones logradas o cuanto menos puede ser un factor contributivo a la infertilidad.
Otros hallazgos apuntan a que los niveles altos de estrés o malestar mantenidos en el tiempo, pueden llegar a afectar la calidad espermática del hombre y pueden conllevar disfunciones ováricas, ovulaciones irregulares o irregularidades hormonales en la mujer. Finalmente, en algunos estudios se ha observado una mayor probabilidad de aborto espontáneo en personas que presentan problemas o trastornos psicológicos o psiquiátricos.
La depresión y la ansiedad. Estos son dos de los aspectos psicológicos más estudiados en relación a la infertilidad. La ansiedad originada por la naturaleza estresante de los procedimientos médicos o terapéuticos, el miedo a que falle el tratamiento elegido y la depresión provocada por la constatación de la propia incapacidad para concebir o bien por los resultados terapéuticos fallidos.
Comúnmente se ha observado que las parejas infértiles que tienen un nivel socioeconómico más desfavorecido, se sienten más ansiosas por un resultado negativo del ciclo de tratamiento; así como las mujeres de edad avanzada o las parejas con problemas familiares, laborales o de otra índole, donde el tratamiento supondrá un esfuerzo suplementario.
Por otro lado, el número de pérdidas asociadas a la infertilidad hace de la depresión una respuesta muy común, por lo que no resulta extraño observar que las parejas manifiesten sentimientos de desesperanza u otros síntomas como insomnio, anhedonia e incluso anorexia. De hecho diferentes estudios aseguran que la incidencia de depresión entre las mujeres infértiles duplica la observada en la población femenina general.
Apoyo social y apoyo de la pareja. Al parecer, el apoyo que las parejas infértiles reciben de los amigos y familiares, resulta primordial para algunas personas mientras que para otras resulta perjudicial. Son muchas las parejas que dicen vivir el apoyo familiar y de los amigos como una interferencia a lo largo del tratamiento, cuando dicho apoyo no es eficaz, pudiéndose convertir en una carga emocional adicional.
En cambio, en relación al apoyo conyugal, se ha demostrado que existe una clara tendencia, por parte de las mujeres más que de los hombres, a sentirse aisladas y más necesitadas de apoyo emocional por parte de su pareja. Sin embargo, todavía hoy, se evidencia una marcada tendencia en las mujeres a tomar la iniciativa del tratamiento, así como la mayoría de las decisiones sobre los tratamientos, debido principalmente a que el hombre evita participar.