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   ZONAS ERÓGENAS DE LA MUJER   
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Zonas erógenas
de la mujer
 

ZONAS ERÓGENAS: MUJER

Para llegar al placer sexual ideal el primer paso es familiarizarse con tu cuerpo, tratando de encontrar las zonas erógenas de la mujer, que sirvan como puntos clave desde el juego previo hasta el clímax.

Para lograr los mejores resultados, se debe buscar el ambiente más adecuado posible, evitar estar en lugares donde puedan ser vistos por otras personas y buscar un lugar donde ambos se sientan cómodos.

A diferencia del hombre toda la piel de la mujer es una zona erógena que responderá a roces, caricias y besos, que son actos enriquecedores y satisfactorios de comunicación sensual.

El tiempo es un factor fundamental para hacer el amor y no puede ser una carrera con el simple objetivo de hacerlo. Debe ser un momento de intimidad y tranquilidad para la pareja, donde exista un ambiente adecuado para la comunicación, las caricias y las fantasías.

 

 

 

 

Zonas erógenas
primarias
 

ZONAS ERÓGENAS PRIMARIAS

Cada persona presenta zonas erógenas diferentes y el cuerpo entero es una enorme zona erógena, aunque en algunos puntos las sensaciones son mayores que en otros. También es  importante la comunicación con tu pareja, ya que necesitas ir descubriendo en qué partes de su cuerpo sienten más placer en respuesta a tus caricias.

La búsqueda de los puntos erógenos puede iniciarse por cualquier parte del cuerpo. Es muy importante aprender a acariciarse y a dejarse acariciar y no hay que concentrarse en las zonas erógenas comunes.

Hay que hacer énfasis en que cada persona tiene zonas erógenas específicas y no siempre puede agradarle a tu pareja alguna caricia en la que te enfoques. Descubran poco a poco qué parte del cuerpo disfrutan que se acaricie para lograr una sensación más placentera y excitante.

Las partes del cuerpo más sensibles o erógenas y que responden con mayor facilidad a una estimulación que causa una excitación más intensa, son las siguientes:


Clítoris. Es el órgano del placer por excelencia en la mujer y es el único órgano del cuerpo humano que no tiene otro propósito el de dar "placer". Es más fácil de estimular, sobre todo si el hombre aprende a hacerlo con suavidad. Si se utilizan los dedos deben estar bien lubricados, con secreción vaginal o saliva para minimizar la irritación.

Está repleto de terminaciones nerviosas, más que cualquier otra zona del cuerpo. La estimulación del todo el área del clítoris, provoca un alto nivel de excitación con el que se puede llegar fácilmente al orgasmo; de hecho, la gran mayoría de mujeres se masturban acariciándose exclusivamente el área del clítoris.

La estimulación se debe hacer suavemente y sin precipitación, porque de lo contrario resulta molesto, sobre todo con la “presión directa” en el clítoris. La “presión indirecta” es más agradable y estimulante, porque crea una sensación placentera para muchas mujeres. Para provocar sensaciones más satisfactorias en todo el área del clítoris, hay que utilizar dos tipos principales de movimiento que son los siguientes:

  • Movimiento circular, donde se apoya la mano sobre el área del clítoris, y se presiona suavemente con la palma o los dedos haciendo movimientos suaves en forma circular.
  • Movimientos vibratorios, se coloca la mano sobre el área púbica y se la hace vibrar con rapidez, tratando de tocar el clítoris con los dedos.

 

 
 
Vulva y labios

 

Vulva y labios. Es la zona de más accesible de los genitales femeninos y está más al alcance del compañero sexual. En los encuentros sexuales, la vulva puede ser acariciada, besada y estimulada con facilidad, tanto con la mano como con la boca.

Esto proporciona gran placer y ayuda a alcanzar un nivel óptimo de lubricación y excitación sexual. Si está totalmente depilada, la lengua también produce cierto estado de bienestar y placer. Cuando no está depilada y hay mucho pelo, cuesta trabajo hacer que la lengua y el clítoris se pongan en contacto con ellas o con el hombre. Los labios menores son mucho más sensibles que los mayores, sobre todo a lo largo de la superficie interior.

 

Vagina. Es la única estructura de los genitales femeninos que juega un doble papel: reproducción y sexualidad. Cuando la mujer se excita sexualmente, la vagina se estira y se alarga para adaptarse al tamaño del pene y evitar que los movimientos de empuje sean dolorosos, y por tanto, se pierde la capacidad de excitación.

La vagina es, junto con el clítoris y el punto G, es una de las áreas que cuentan con el mayor número de terminaciones nerviosas, sobre todo en la parte externa de la vagina y la cual reacciona con intensidad a toda clase de caricias. Es un órgano conocido por su capacidad de provocar sensaciones de placer y un orgasmo intenso, sensible a la estimulación erótica. La pueden practicar todas las mujeres a solas o con la pareja es la búsqueda exacta del punto G.

 

 

Senos
 

Senos. Son los primeros que reaccionan ante el estímulo sexual y constituyen una de las principales zonas erógenas de la mujer. Los senos de una mujer son muy sensibles sexualmente y se trata de un centro de placer sexual femenino, no obstante, una presión excesiva puede resultar contraproducente para la excitación.

Los pechos pueden ser estimulados de muchas maneras. Pueden ser acariciados y masajeados, mediante besos, lamidos, etc. No obstante, tan sólo la mitad de las mujeres encuentran con ellos una excitación suficiente para alcanzar el orgasmo.

El área que forma el pezón y la areola que conlleva tiene infinidad de terminaciones nerviosas que se excitan con una caricia. Los pezones son extremadamente sensibles se puede soplar, succionar, pellizcar suavemente o apretar entre los labios mientras se le dan ligeros toques con la lengua.