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RELACIONES ANALES

 
 
Relaciones anales

 

Estas están rodeades de un tabú muy poderoso y es un tema del que pocas personas quieren hablar; sin embargo, su práctica es cada vez más frecuente, quizás como una forma de respuesta a la.... “emoción por lo prohibido”.

En los hombres heterosexuales, el tabú es aún más evidente, por el miedo a que la pareja pueda pensar que tiene tendencias homosexuales o, inclusive, miedo de reconocer que ese estímulo pueda ser placentero, y se puede poner en duda su “masculinidad”.

Muchas personas, tanto hombres como mujeres, pueden tener fantasías secretas que envuelvan el sexo anal, pero no se sienten en confianza de compartir sus deseos con su pareja.

Hay que recordar que mientras que algunas personas ven el acto del sexo anal como algo repugnante, son muchos los que disfrutan y encuentran el acto estimulante, excitante, delicioso y parte de la intimidad sexual normal de las personas que la practican. Esta práctica sexual requiere grandes dosis de mutua confianza, lubricación, capacidad de comunicación y paciencia por parte del hombre, que no puede moverse tan enérgicamente como lo haría durante el coito vaginal, porque corre el riesgo de dañar tejidos muy delicados.

Que sea doloroso o no, depende de varios factores que determinarán su placer, en especial la primera vez, donde se debe tener en cuenta el cuidado de como lo hace el hombre. Si no se toman las precauciones necesarias, puede ser una actividad de alto riesgo.

 

 
 
Frecuencia
 

FRECUENCIA

Según las encuestas de la era de Masters y Johnson y de otras encuestas más recientes, podría esperarse que el 25% de las mujeres han tenido relaciones anales, por lo menos una vez durante su vida sexual.

En una encuesta de 100.000 lectores de la revista Playboy, el 47% de los hombres y el 61% de las mujeres, admitieron haber intentado relaciones anales. Esta muestra no es representativa de la población normal y pudiera considerarse elevada por la naturaleza erótica de los lectores de esta publicación.

Los hombres homosexuales encuentran una satisfacción sexual practicando la felación (70%), la masturbación mutua (80%). Las investigaciones indican que cerca del 90% de los gays se han involucrado en relaciones sexuales anales, y cerca de los dos tercios de éstos, lo hacen regularmente.

En un estudio realizado en Venezuela el 54% de los hombres señalaron haber penetrado a alguien por el ano, el 78% de las penetraciones fueron a mujeres, el 9% a hombres, el 8% a hombres y mujeres y el 5% no respondió. En ese estudio, el 29% de las mujeres señaló haber sido penetradas por el ano, por lo menos en una oportunidad. Hay otras actividades menos frecuentes como es la introducción del puño de la mano en el ano de la pareja, lo cual es una relación muy poco frecuente.

 

TABÚES PARA EL SEXO ANAL

 
 
Tabúes para el sexo anal
 

Un mito muy común y del cual muchas personas comentan, donde un hombre heterosexual que disfruta de la penetración anal es realmente homosexual. Además, el reconocer que ese estímulo pueda ser placentero, porque puede poner en duda su “masculinidad”.

Sin embargo, hay muchos hombres que no son homosexuales y que disfrutan de la estimulación anal y de la próstata, e incluso de la penetración anal. Algunos ven en él un “acto perverso” y “contranatura”, incluso para los matrimonios, por otra parte las autoridades religiosas o laicas lo han condenado con frecuencia.

Determinadas religiones consideran el coito únicamente como un medio de reproducción, por lo que condenan el sexo anal. Esto es visto como algo negativo en nuestra sociedad, nos enseñan a muy temprana edad que el ano es un área muy sucia y que no se debe tocar.

Muchas personas temen tocar sus propias heces y adquieren sentimientos negativos con respecto a las heces fecales, cuando son y siempre serán algo muy natural y parte del proceso de nuestro cuerpo.

La creencia de que el coito anal tiene que doler es un mito persistente y dañino. Ante una introducción anal, los músculos anales, como reflejo defensivo, se contraen y habrá dolor si no se espera a que estos músculos se relajen. La penetración anal en el hombre permite la estimulación de la próstata la cual es su “punto G” y que causa orgasmos intensos. El simple hecho que el hombre heterosexual disfrute de este placer tanto solo, como por su pareja, no cambia su orientación sexual.

 

SEXO ANAL Vs COITO ANAL

 
 
Sexo anal vs
coito anal
 

Hay que diferenciar el “sexo anal” del “coito anal”, aunque no existen diferencias en ese tema:

  • Sexo anal, tambíen conocido como anilingus o beso negro, consiste en todas aquellas técnicas donde se utiliza el área anal como forma de estimulación sexual, sin practicar penetración. Puede aplicarse tanto a hombres como mujeres de cualquier orientación sexual y esta aplicada a la auto estimulación enfocada en el área del ano, ya que contiene numerosas terminaciones nerviosas que pueden ser estimuladas.
  • Coito anal, o masturbación anal, es cuando se introduce el pene o un instrumento en el ano. Esta última, es la menos practicada de las técnicas de sexo anal y pudiera tener riegos importantes, puesto que el ano no pertenece al aparato reproductor y no está condicionado fisiológicamente para el acto sexual.


En los hombres el coito anal es especialmente placentero, ya que en el interior del ano se encuentra la próstata, que también contiene terminaciones nerviosas. La masturbación anal puede, tanto en hombre como en mujeres, intensificar notoriamente el orgasmo.

La introducción de un objeto en el interior del ano no está libre de peligros y es importante, para no sentir dolor en la persona penetrada, que las uñas estén bien cortas para no dañar sus paredes rectales. El consolador, también conocido como “dildo”, es tan viejo como la humanidad y su versión más moderna es el "vibrador", el cual cuenta con un mecanismo activado por energía eléctrica o por pilas. Esto que lo hace es ocasionar movimiento vibratorio, en distintas intensidades, donde la sensación producida en las áreas genitales sea altamente estimulante, al grado que puede propiciar un orgasmo en unos cuantos segundos.

Otros tipos donde se pudieran hacer el coito anal son: la penetración del ano con el dedo o dedos, el uso de juguetes sexuales como los tapones anales (butt plugs) y el “fisting”, que es la introducción de la mano y hasta parte del brazo, dentro de la cavidad del sigmoides.

 

CUIDADOS

 
 
Tampones anales
(butt plugs)
 

Debido a que el ano no segrega ningún tipo de sustancia lubricante, es importante aplicar algún tipo de lubricante artificial sobre el área del ano y sobre el objeto que va a introducir. Se trata de una área sensible, en caso de los objetos se introduzcan demasiado adentro las paredes intestinales no sienten dolor y pudiera haber trauma.

El riesgo de infección se incrementa, pues el esfínter anal es más rígido a la penetración y menos elástico que la vagina, con la consiguiente mayor fricción, ocurriendo más micro traumatismos durante el acto sexual.

Las persona debe ser cuidadosa y no debe cambiar una penetración vaginal a una anal, o viceversa, ya que no es buena idea usar el mismo instrumento, ya sea pene, consolador o vibrador, porque la vagina se debe lavar inmediatamente después de haberlo usado en el ano.

En ocasiones puede ser necesaria la cirugía para extraer uno de estos objetos, por eso es importante no introducir objetos que no están diseñados específicamente para este fin.

 

Posición de misionero anal hombre-mujer