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El embarazo
 

EMBARAZO

Cuando una mujer se entera de que está embarazada puede sentirse dichosa, orgullosa, ambivalente, temerosa, irritada o deprimida. Sus reacciones son un reflejo de una pluralidad de factores, tales como edad, estado civil, recursos económicos, objetivos profesionales, escala de valores y expectativas de maternidad.

Pero, sobre todo, su reacción depende de si el embarazo era deseado o no y de su autoestima.

Las reacciones negativas ante el embarazo, aunque haya sido buscado, se asemejan a las dudas que ocurren cuando se da un paso importante en la vida: ¿He escogido la universidad que me convenía?, ¿Es ésta la persona con la que realmente deseo casarme?, ¿Por qué me he comprado este vehículo cuando aquel otro era tan bonito?

Las incertidumbres y titubeos que se experimentan inicialmente, no tienen por qué vaticinar lo que se va a sentir más adelante. El impacto psicológico del embarazo y las consecuencias prácticas que supone traer un hijo al mundo son enormes y se precisa algún tiempo para reflexionar y aceptar la realidad.

Durante el primer trimestre de la gestación ocurren una serie de cambios en el deseo sexual: 40% de las embarazadas tiene una disminución, 50% tiene un impulso igual y del 5% al 15% experimentan un aumento. Las razones para cada caso son diversas y parece que ninguna se puede generalizar.

Debido a la disminución del deseo que ocurre durante el embarazo, la pareja entra en una etapa en que se revisa el afecto mutuo, la mujer explora sus instintos maternos y el hombre los paternos, que al principio no son tan intensos como los de ella.

 
Primer trimestre
 

En ocasiones, el hombre siente celos por la atención que la mujer le presta a la nueva vida que crece en su seno. Además, aparecen ciertos miedos relacionados con el temor a causar daño al feto durante el coito. En el primer trimestre, el más extendido es el temor a ocasionar un aborto.

El padre se suele relegar a un papel secundario durante el embarazo, pero los sentimientos del esposo o del compañero repercuten también en la situación.

La primera reacción de un hombre, al enterarse de que su mujer o compañera está embarazada, puede ser de júbilo, gozo, sorpresa, incertidumbre o preocupación. Es probable que tarde cierto tiempo para a hacerse la idea y albergue sentimientos ambivalentes hacia su pareja.

Se puede inquietar por el bienestar de la mujer y la salud del niño por el peligro de aborto, hasta que vea cómo empieza a abultarse el abdomen de su pareja o sienta los movimientos del hijo en el seno materno.

También puede ocurrir que sus temores tengan que ver con las responsabilidades económicas, emocionales, etc., que el embarazo representa.

Algunos hombres experimentan molestias físicas mientras su esposa está embarazada. En algunos casos se parecen a los síntomas que se asocian con el embarazo: náuseas, vómitos, pérdida del apetito, antojos, dolores de cabeza y de espalda insomnio y aumento temporal del peso.

Las molestias pueden aparecer en cualquier momento durante el embarazo y duran poco tiempo o pueden continuar hasta que ocurra el nacimiento. En algunos casos, el padre experimenta calambres abdominales y dolor en el pecho, durante el esfuerzo de parto de la esposa.

Hay que tener presente que se hace referencia a hombres comunes que no tienen el delirio de que ellos mismos están embarazados, la cual es una alteración mental sumamente rara. Algunos hombres se sienten tan asociados con los problemas físicos de la embarazada que experimentan el mismo tipo de molestias.

Otros señalan que los síntomas se parecen también a los de la angustia común, que puede aumentar cuando el futuro padre se preocupa por la manutención de una familia más grande, la pérdida de los ingresos de la mujer, los cambios en la relación y otros asuntos relacionados con la paternidad.

Muchos hombres no saben a qué atenerse en lo referente a la relación sexual durante el estado de gravidez y piensan que la mujer se debe abstener de todo lo que suponga ejercicio o movimiento vigoroso, para que el feto no sufra daño. Otros hombres no acaban de entender que la mujer tenga tanto sueño en el primer trimestre y se inquietan en exceso; sobre todo, si creen que ese estado aumentará en los meses que aún faltan para el nacimiento.

Si la pareja tiene hijos, lo más probable es que encare el embarazo con menos preocupación. En los primeros meses de embarazo muchas parejas se sienten más afines en el plano físico y emocional. El embarazo puede ser una manifestación muy concreta de unión y deseo de compartir la experiencia. El primer embarazo, en particular, da ocasión para hacer planes y albergar ilusiones de cara al futuro.