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   HEMORRAGIAS DE LA SEGUNDA MITAD DEL EMBARAZO   
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Una vez estabilizada la condición de la madre y del feto se debe realizar una evaluación ecosonográfica para confirmar el diagnóstico de PP

El método ideal para culminar el manejo expectante de pacientes con PP es la cesárea electiva porque los recién nacidos tienen menor incidencia de anemia y dificultad respiratoria.

¿Que es la rotura uterina?

Es la apertura de la pared del útero que ocurre durante el embarazo, una vez que el feto ya puede sobrevivir y que pone en peligro la vida de la madre, del producto o la de ambos. La incidencia de la rotura uterina (RU) es de 0,02 a 0,08 por cada 100 embarazos.

Para obtener resultados favorables se debe hacer el diagnóstico temprano, una intervención quirúrgica exploradora inmediata y reposición adecuada de derivados de sangre.

Los factores que intervienen en la rotura uterina son múltiples y las causas más frecuentes se señalan a continuación.

  • Cesárea operaciones en el útero previas.
  • Presión excesiva sobre fondo uterino.
  • Legrados uterinos a repetición.
  • Fórceps e intervenciones destructoras.
  • Uso inapropiado de oxitócicos.
  • Gran multiparidad.
  • Anomalías uterinas.
  • Alteraciones de la placenta y DPP.
  • Mola invasora y carcinoma cervical.
  • Fetales: macrosomía, malformaciones.

Una de las causas más importantes es el antecedente de cesárea anterior que aumenta 8 veces la posibilidad de rotura uterina, en comparación con las pacientes sin cicatrices uterinas.

El uso y duración de la oxitocina no intervienen en la frecuencia de la rotura, siempre y cuando se vigile su administración. Esta entidad guarda más relación con la duración del trabajo de parto que con el empleo de la propia oxitocina.

 
Cesárea
 

La RU va precedida por signos y síntomas que hacen pensar que en poco tiempo va a ocurrir. El más común es el sufrimiento fetal en el trabajo de parto y le siguen en orden de frecuencia: dolor abdominal, hemorragia vaginal, falta de descenso del feto, hipertonía y alteración del contorno del útero.

El dolor se inicia en la parte baja del útero y se caracteriza porque persiste ente contracciones y se acentúa con la palpación.

El diagnóstico definitivo de rotura uterina se establece por medio de la visión directa durante el acto operatorio o con la revisión manual de la cavidad uterina. Las roturas uterinas de la pared posterior no son infrecuentes y, en muchas ocasiones, son difíciles de diagnosticar.

Si se sospecha de RU se debe practicar una laparotomía para valorar la severidad de la misma y decidir la conducta. La sutura del útero se usa en pacientes jóvenes, que deseen preservar su fertilidad, se encuentren estables al momento de la laparotomía y donde la reparación sea técnicamente factible.

La histerectomía (extracción de todo el útero) se recomienda en pacientes añosas, que hayan completado el número deseado de hijos, cuando la rotura es muy amplia y anfractuosa o cuando se comprometa el futuro obstétrico.

La rotura uterina se acompaña de un incremento notable en el número de complicaciones y muerte materna. El diagnóstico precoz, la intervención rápida, la disponibilidad de sangre y el uso de antibióticos han mejorado de manera considerable el pronóstico de la madre; sin embargo, el pronóstico fetal es malo porque en las etapas previas a la rotura uterina el feto puede fallecer.