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   ¿ES BUENO DAR LACTANCIA MATERNA A MI BEBÉ?   
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Lactancia materna

 

LACTANCIA MATERNA

En las últimas décadas, la práctica de la lactancia materna ha ido disminuyendo a medida que avanza la civilización. La sustitución de la leche materna por alimentos de inferior calidad se ha traducido en un aumento de los índices de desnutrición y otras enfermedades en niños menores de 1 año.

Cada día hay más evidencia que los componentes de la leche humana tienen la calidad adecuada para el niño; que el contacto de la madre con su niño, durante los primeros meses de vida, es indispensable para sentar las bases de un buen desarrollo psicosocial del niño y que la función de succión es el mejor estímulo para el desarrollo adecuado de todas las estructuras máxilo-faciales y oro-faríngeas.

La lactancia materna ofrece al niño el alimento ideal durante los primeros dos años de vida. La composición de los elementos que la constituyen y su proporción, aportan al lactante los requerimientos nutricionales e inmunológicos para un crecimiento óptimo.

La leche materna es el alimento ideal para el recién nacido en cuanto a calidad, consistencia, temperatura, composición y equilibrio de sus nutrientes; también cubre sus necesidades y permite un adecuado crecimiento y desarrollo por seis meses. Es una fuente esencial de nutrientes, especialmente de proteínas y grasas durante los primeros años, que hace que el riesgo de desnutrición infantil sea mucho menor en los niños amamantados.

La leche materna es indispensable para formar un eficiente sistema inmunológico (de defensa) en el niño. Los niños amamantados tienen menos riesgo de morir por enfermedades infecciosas y presentan una menor incidencia y severidad.

Esto es de gran importancia en los países en vías de desarrollo, donde la diarrea y las enfermedades respiratorias, con sus secuelas de desnutrición y mortalidad, son frecuentes en los niños con alimentación artificial.

Entre las enfermedades cuya incidencia disminuye en los niños que reciben lactancia materna se encuentran la enterocolitis necrotizante en los recién nacidos pretérmino, las enfermedades respiratorias, las alergias, las infecciones por Giardia lamblia, la diabetes juvenil y la enfermedad de Crohn.

 

 

Alimentación del bebé

 

Los niños amamantados tienen un mejor desarrollo de los arcos dentales, paladar y otros estructuras faciales, menor incidencia de caries y un equilibrio adecuado en succión, deglución y respiración.

Entre las ventajas que ofrece la lactancia materna durante los primeros años de vida se encuentra un mejor desarrollo psicomotor, mayor capacidad de aprendizaje y menos traumas del lenguaje que los niños amamantados con las fórmulas lácteas.

También tienen un coeficiente intelectual mayor y mejor agudeza visual a los 4 meses y 3 años. Cuando el amamantamiento se inicia inmediatamente después del parto, se produce un reconocimiento mutuo entre la madre y el niño y se establece un fuerte lazo afectivo o apego, el cual induce en la madre un profundo sentimiento de ternura, protección y admiración hacia su hijo.

El organismo materno contribuye con una adecuada retracción uterina, con lo que se disminuyen las pérdidas sanguíneas, hay menor riesgo de cáncer de ovario, endometrio y mama y las madres recuperan su peso normal más rápidamente porque el excedente es la reserva para enfrentar la lactancia.

También la estimulación y el vaciamiento frecuente de los pechos evita la congestión y reduce los depósitos de grasa acumulados para la lactancia, de esta manera conservan su elasticidad y firmeza.

La lactancia materna ahorra gran cantidad de dinero a las familias, instituciones, país y al mundo entero por concepto de los aspectos que se enumeran a continuación:

  • Leches de vaca o fórmulas lácteas.
  • Chupetes, teteros y accesorios.
  • Enfermedades y uso de antibióticos.
  • Gastos de hospitalización y personal de salud especializado.
  • Disminución del ausentismo laboral materno.
  • Mortalidad infantil.

Por último en el ámbito ecológico, la leche materna es un recurso natural y renovable, ambientalmente importante y ecológicamente variable, que desarrolla una función biológica vital en el control de la natalidad, no desperdicia recursos naturales ni crea desechos y no necesita preparación ni uso de fuentes de energía o combustible.