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GLÁNDULA DE BARTHOLINO

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Glandula de Bartholino

También conocidas como “glándulas vestibulares mayores”, son llamadas así en honor a Caspar Bartholino, anatomista holandes que las describió en 1677.

Son dos glándulas diminutas situadas a cada lado la apertura de la vagina que en posición horaria, estarían localizadas a las cuatro y a las ocho horas. Sus equivalentes en el varón son las "glándulas de Cowper". Normalmente no son visibles a simple vista y secretan una pequeña cantidad de líquido, que ayuda a lubricar los labios vaginales durante la función sexual.

En un principio se pensó que era responsable de la humedad vaginal que aparece al comienzo del acto sexual, pero ahora se sabe que sólo aumenta su secreción en etapas tardías de la relación sexual. Este líquido también contiene “feromonas” (hormonas de la sexualidad), por lo que su misión todavía está discutida.

 

QUISTE DE LA GLÁNDULA BARTHOLINO

 
 
Quistes de glándula de Bartholino
 

Al obstruirse el pequeño orificio por donde sale el líquido secretado por la glándula, ese líquido sigue siendo producido, pero al no tener salida se va acumulando y comienza a formarse un bulto redondo, en el borde de la vagina

Esto puede ir creciendo hasta alcanzar el tamaño de una naranja, aunque lo más frecuente es que alcance el tamaño de una nuez. En este caso se forma un “quiste de la glándula de Bartholino”.

El quiste aumenta de tamaño durante la relación sexual y puede ser incómodo durante el coito. En ocasiones el problema cede espontáneamente y no requiere tratamiento pero, en otros requiere de una intervención quirúrgica para abrir una nueva vía de salida a las secreciones.

 

ABSCESO DE LA GLÁNDULA DE BARTHOLINO

 
 
Absceso de la glándula
de Bartolino
 

Cuando un quiste se infecta se forma un “absceso de la glándula de Bartholino”, en estos casos se puede solucionar el problema inmediato con antibióticos y, en algunos casos, suele desaparecer el problema.

En otros casos los síntomas son intensos, los antibióticos no pueden solucionar el problema y hay que recurrir a la cirugía para el drenaje del absceso.

Algunos sostienen que la ropa muy ajustada o el uso continuo de prendas íntimas de lycra podrían favorecer el desarrollo de bacterias que pueden causar esta dolencia.

Pero no parece haber una evidencia definitiva de una única causa específica, ni método de prevención y muchos médicos consideran que la bartolinitis es mera cuestión de predisposición del organismo.

La infección suele estar producida por bacterias que normalmente se encuentran en la piel. Son comunes en los casos de enfermedades de transmisión sexual como clamidiasis y gonorrea, aunque cualquier otra infección puede producir el problema como Escherichia coli, estafilococos y estreptococo. Se deben practicar exámenes para determinar la existencia de infección, recogiendo una muestra del líquido drenado para un análisis de laboratorio. En mujeres de edad avanzada puede recomendarse una biopsia para descartar un tumor de glándula de Bartolino.

 

TRATAMIENTO

El tratamiento más habitual para esta dolencia es a base de antibióticos, antiinflamatorios y analgésicos que deberán ser recetados por el médico. Con este tratamiento, en ocasiones, la bartolinitis cede espontáneamente, tornando la glándula a su estado normal. En otros casos, la hinchazón continúa aumentando con los días y cuando la glándula alcanza un tamaño excesivo, la presión del líquido acumulado produce su ruptura y la glándula drena. Si la glándula no drena sola, el médico puede realizar una pequeña incisión para proceder al drenaje.

Esta incisión quirúrgica produce el drenaje completo del absceso y proporciona el mayor alivio y la recuperación más rápida de un episodio de bartolinitis. Este procedimiento puede practicarse bajo anestesia local en el consultorio médico. No obstante, no siempre se resuelve el problema de esta manera definitiva debido a que el orificio es siempre muy pequeño y se cierra rápidamente antes de completarse el drenaje. Por esto es mejor hacer una “marsupialización” de la glándula, porque la bartolinitis suelen ser recurrentes, excepto cuando la glándula ha sido extirpada.

En el procedimiento de "marsupialización", se crea de manera quirúrgica una abertura pequeña, permanente, para facilitar el drenaje de la glándula. Se colocan unos puntos en el borde del quiste para que se forme una pequeña abertura. Este procedimiento permite el drenaje del líquido durante unas pocas semanas y lo único que hay que hacer es llevar una pequeña compresa en la ropa interior para que absorba esta secreción.

También existe la alternativa de extirpar la glándula por completo, pero no es recomendable porque es técnicamente difícil. Otros tratamientos menos habituales son el empleo de la cirugía o el láser para extirpar toda la glándula. Normalmente ambas técnicas se pueden realizar de forma ambulatoria, sin necesidad de ingreso hospitalario. Cuando se extirpan las glándulas de Bartholino la paciente no nota ninguna diferencia en la humedad natural de los genitales externos, ni va a sentir resequedad durante el acto sexual.