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   ¿QUÉ SE CONSIDERA UNA COMIDA CHATARRA?   
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Hamburguesa y papas fritas

La rapidez de nuestra vida moderna; la imposibilidad de conciliar los distintos horarios, el aumento del tránsito y las grandes distancias que es necesario recorrer para llegar de la casa a la oficina, de la casa a la escuela y de ésta a otro sitio, han alterado el ritmo cotidiano.

Es en el consumo de alimentos (desayuno, almuerzo, merienda y cena) donde la vida actual se ha afincado hasta el punto de hacernos perder los sanos hábitos de alimentación.

Frente a esta realidad, se han establecido lugares (restoranes, luncherías, franquicias de alimentos), sitios específicos en los que preparan y sirven comida de diversos orígenes y para distintos gustos.

En general, no todos los lugares de comida expenden lo que se ha convenido en llamar comida chatarra. Muchos restoranes conservan el espíritu de la comida casera y tienen, en su menú, alternativas saludables, combinaciones sanas y manejo del exceso de condimentos.

Por comida chatarra se conoce ese tipo particular de alimentos que se preparan de manera rápida y uniforme: hamburguesas, papas fritas, sándwich, refrescos… Para consumir este tipo de comidas no es necesario asistir a las cadenas de restoranes que las preparan; también se pueden comprar congeladas y cocinarlas, preferiblemente fritas en abundante aceite, en el hogar.

El consumo frecuente de este tipo de alimentos genera problemas de funcionamiento a nuestro organismo. En general, la comida chatarra contiene una adecuada proporción de proteínas; no obstante, se hace peligrosa porque, a la par, tiene un elevado valor calórico y exceso de grasa, además de aliños y condimentos que irritan las vías digestivas.

La ingesta de comida chatarra como una eventualidad no repercute mayormente en nuestro sistema biológico, pues a través de la ingesta de otros alimentos recuperamos los micronutrientes, evitamos el aporte calórico y de grasa y equilibramos de nuevo nuestro organismo.

Al excedernos en la comida chatarra generamos problemas de salud tales como la obesidad, fallas cardiovasculares, resfriados e, incluso, alteraciones nerviosas, malhumor, entre otras. Según estudios realizados sobre el tema, la obsesión por la comida chatarra está vinculada con la deficiencia de Zinc. Este mineral está asociado con el sabor de los alimentos.

Perro caliente con papas

Un bajo nivel de Zinc en el organismo hace más atractivo comer pasteles, frituras y aperitivos ricos en calorías vacías como lo son los azúcares, almidones y grasa. Para un cuerpo con deficiencias de Zinc, la comida rica en enzimas, las ensaladas, las frutas y las proteínas resultan detestables.

El Zinc es un mineral que ayuda en el proceso enzimático, a la formación de la insulina y promueve la función cerebral; en ese sentido, colabora en la recuperación y sanación del cuerpo rápidamente. Gracias al Zinc, las manchas blancas de las uñas desaparecen, se despierta nuestra necesidad de ingerir alimentos sanos y nuestra mente está más alerta.

Consumir alimentos tales como la carne de res, de cordero y de cochino; germen de trigo, levadura de cerveza, semillas de calabaza y huevos, restablecen los niveles de Zinc que requiere el organismo.

En fin, ante la pasión por la comida chatarra, un examen médico que indique el estado del Zinc que necesitamos, es la mejor solución. De resto, la chatarra tan sólo a ratos.