Sé que aunque la herencia influye en mi salud, mis malos hábitos son la causa del aumento de peso, por eso me comprometo a cambiarlos y a promover buenos hábitos de alimentación y de actividad física entre mis familiares y amigos.
No seguiré complaciendo a mi paladar en perjuicio del resto de mi cuerpo.
Mis gustos cambiarán y mi paladar aprenderá a gustarle lo que es bueno para mi salud.
Mi paladar dejará de ser mi enemigo y lo convertiré en mi aliado.
Evitaré sentirme atraído por alimentos que no me convienen y aprenderé a comer para alimentarme, pero no para entretenerme, complacerme, alegrarme o tranquilizarme.
No utilizaré los alimentos ni las bebidas como premio o como castigo, ni para mí, ni para mis hijos y demás familiares.
Entiendo que la ciencia médica está trabajando para lograr un medicamento que elimine la obesidad, pero todavía no lo ha logrado; por lo tanto, no creeré más en pastillas, cremas, gotas, fajas, masajes, ni regímenes que prometen rebajar sin esfuerzo, sin dietas y sin ejercicio.
| Son una gran mentira y me hacen perder tiempo y motivación. Aceptaré la gran verdad de que la actividad física regular y sostenida es una parte muy importante si quiero prevenir y detener el aumento de peso y tener una vida sana. Sé que existen ayudas para facilitar la pérdida de peso, como son los productos ligeros y los medicamentos para reducir la absorción de la grasa de las comidas, pero estoy segura que mi disciplina y perseverancia son mejores armas para llevarme a un peso saludable permanentemente. Seré firme pero gentil conmigo mismo, evitaré ser perfeccionista. Cuando abandone mi tratamiento, recuperaré la motivación y volveré a comenzar tantas veces como sea necesario. Me propongo realizar cambios pequeños, pero progresivos y sostenidos. Estoy seriamente comprometido conmigo mismo y sé que mi salud y la solución a mi problema de peso, está en mis manos.
Comeré para vivir y no viviré para comer. ¡No voy a posponer más la decisión de adelgazar! | | | | |
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