Lo nuevo

Casi siempre las mujeres han soñado con que la ciencia logre encontrar un anticonceptivo para hombres, que les permita a ellas compartir la responsabilidad de evitar quedar embarazadas. Aunque todavía suena a ciencia-ficción, de acuerdo con el estado actual y el desarrollo de nuevos anticonceptivos, antes del final de esta década esto podría ser posible.

Cuando se introdujeron los anticonceptivos hormonales femeninos, en la década de los 60, siempre se pensó que los masculinos estarían a la vuelta de la esquina, sin embargo, el tiempo ha demostrado que no iba a ser así. Los problemas encontrados en el desarrollo de este producto fueron los siguientes:

• No hubo interés de las compañías farmacéuticas en su desarrollo, porque se pensó que el hombre no estaría interesado en su uso, a fin de cuentas el hombre “no es quien sale embarazado”.
• En esa época el machismo era más evidente y la mujer tenía un papel más pasivo, de tal manera que la responsabilidad de la anticoncepción recaía casi por entero en ella El hombre podía desconocer su paternidad y la situación dependía de su palabra contra la palabra de la mujer. Hoy en día con las pruebas de paternidad disponibles esto no es posible.
• Los productos que se podían desarrollar no harían efecto inmediato. En la mujer la pastilla anticonceptiva inhibe la ovulación el primer mes. El hombre produce espermatozoides que se almacenan en el epidídimo y los espermatozoides eyaculados hoy, son producidos 3 meses atrás, de tal manera que, cualquier medicamento tardaría por lo menos 3 meses en actuar.
• Los medicamentos que se podían usar eran inhibidores de la testosterona, que es la hormona de la sexualidad, de tal manera que, su uso produciría, no sólo cese en la producción de espermatozoides, sino también disminución de la libido.

Ahora la situación ha cambiado completamente por las siguientes razones:

• Existe un mayor interés de las compañías farmacéuticas en el desarrollo de anticonceptivos hormonales masculinos y grandes empresas han iniciado experiencias clínicas en varios países.
• Existen métodos seguros, aceptados legalmente, en lo que se puede demostrar la paternidad. De tal manera que el hombre no puede desconocerla y debe colaborar con el mantenimiento de su hijo hasta la mayoría de edad, lo cual lo motiva más al uso de anticonceptivos.
• Existe una mayor motivación por parte del hombre para colaborar en el proceso anticonceptivo. El machismo ha mermado y la mujer ha tomado un rol más activo en la sociedad y puede demandar la colaboración del hombre.
• El desarrollo de nuevos productos, ha permitido contar con sustancias que pueden producir efecto contraceptivo sin disminución de la libido.

Inyección

En la primera experiencia con éxito, un grupo australiano utilizó una inyección trimestral, de una hormona conocida con el nombre de progestágeno, simultáneamente con la colocación, cada 4 meses, de un pequeño implante de testosterona debajo de la piel.

No sólo se consiguió un excelente efecto anticonceptivo, sino que hubo un aumento del deseo sexual, lo cual fue bienvenido por todos los participantes en el estudio.

Desafortunadamente, los requerimientos internacionales hacen que este producto no vaya a estar disponible a corto plazo, pero abre una ventana a la posibilidad del desarrollo de un anticonceptivo hormonal efectivo y con pocos efectos secundarios a mediano plazo.