Armonía física o artística que inspira placer y admiración.
Por lo tanto es una apreciación subjetiva que no necesariamente implica simetría.
Belleza es la fuerza emocional que un sujeto recibe del objeto que aprecia. Esa “fuerza emocional” es un estímulo que causa la sensación de agrado en quien la aprecia. El agrado o complacencia viene dado en consecuencia por la interconexión entre lo que uno espera y lo recibido. Cuando las cosas coinciden con lo que se espera, complacen.
Cada persona contiene en su interior el patrón comparativo que lo interconecta con lo que se le ofrece. En algunos casos este esquema comparativo o estándar proviene de tradiciones culturales y en otros casos es debido a la naturaleza propia del ser humano.
Es fácil armonizar con quienes hablan español, o el mismo lenguaje de uno, eso es tradición cultural; pero también es fácil concordar con quienes son honestos y eso es natural. Podemos coincidir con quienes son partidarios del mismo criterio político, eso es cultural, pero también podemos hacerlo con quien es responsablemente generoso y eso es natural.
En el Génesis la belleza es un arte trasmitido por el ángel Azazel quien, luego de la expulsión de Eva del Paraíso, mostró a las mujeres el arte de pintarse el contorno de los párpados con antimonio. No obstante los criterios del arte de la belleza han evolucionado según las creencias, la religión, la ciencia, la moral y hasta la tecnología, definiendo nuevos parámetros de belleza distintos en cada época.
Desde la antigüedad clásica existen escritos, consideraciones y disertaciones acerca de la belleza. En aquel entonces la belleza constituía una cualidad que hacía que algo nos pareciese bello, es decir, nos gustase.
| En la Edad Media, la investigación de la belleza solía ser clasificada como una rama de la teología, porque se estimaba que la belleza era un atributo de Dios. El investigador más notable fue San Agustín, quien dijo que la belleza consiste en unidad y orden que surgen de la complejidad. Tal orden podría ser, por ejemplo, ritmo, simetría o simples proporciones. Se estima que la belleza es lo que resulta agradable a los ojos y a los sentidos y que, por tanto, causa una emoción agradable y placer; sin embargo, no todo lo que nos causa placer tiene por qué ser bello, con lo cual se reconoce que la belleza también tiene un grado subjetivo y que depende de los ojos de quien la ve y de los parámetros de la época. La simetría se ha considerado como un indicador de belleza, al igual que de salud humana. Y junto a ella otros elementos como los ojos grandes, las piernas largas y la juventud. Actualmente incluso se considera que los medios de comunicación, las industrias de la moda, la publicidad y del cine, son los principales generadores de conceptos asociados a la belleza. Son el cine de Hollywood y la publicidad quienes dicen si un cuerpo extremadamente delgado, las ojeras, los pómulos salientes son bellos o no. Y por supuesto, estos parámetros cambian cuando se requiere dirigir al consumidor hacia nuevas formas estéticas. Lo contrario de la belleza es la fealdad, que produce molestia y descontento, y engendra una percepción profundamente negativa del objeto. | | | |
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