Por: Juan Aller / Gustavo Pagés
La técnica e interpretación de las imágenes pélvicas ha cambiado dramáticamente en el curso de los años. El estudio de la relación feto-pélvica, le permite al clínico contar con un instrumento adicional para el diagnóstico de la desproporción feto-pélvica (DFP).
La técnica más usada en la evaluación de esta relación es la radiopelvimetría, de la cual se han descrito múltiples métodos, siendo los más usados los de Snow-Lewis y Colcher-Sussman. En ambos se toman dos placas radiológicas: una lateral y otra antero-posterior, que permiten la evaluación de los diferentes planos de la pelvis (estrecho superior, medio e inferior) y establecer su relación con el tamaño de la cabeza fetal.
También se puede evaluar el tipo de presentación, la variedad de posición y el grado de encajamiento del feto.
Recientemente se han desarrollado nuevas técnicas imagenológicas para la evaluación de esta relación entre las que se encuentran: la TAC, que tiene una gran exactitud diagnóstica con baja tasa de exposición radiológica al feto;
la RMN, que permite una evaluación de la relación feto pélvica con gran exacitud sin necesidad de la exposición a radiaciones, pero con un alto costo; el ultrasonido, que ha demostrado ser de poca utilidad en la evaluación de la pelvis, pero de gran utilidad en la evaluación del feto; y el índice feto-pélvico, que combina la evaluación radiológica de la pélvis con la evaluación ecográfica del feto, tiene la ventaja de evaluar la relación de la pélvis ósea con el feto en su totalidad y no exclusivamente con la cabeza fetal.
Es importante destacar que la interpretación de los hallazgos nunca es determinante para la toma de decisiones porque el criterio clínico debe prevalecer sobre los resultados imagenológicos y cada paciente debe ser valorada individualmente.
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