La principal preocupación de la práctica de ejercicios durante el embarazo es el riesgo potencial del aumento de la temperatura materna sobre el bienestar fetal. Sin embargo, el feto es capaz de manejar bien la hipertermia, siempre que exista un adecuado flujo sanguíneo útero-placentario.
En el ejercicio vigoroso y en la embarazada no entrenada, existe una desviación del flujo hacia la piel y los músculos, que pudiera ocasionar problemas en el feto para manejar la hipertermia. Estos efectos negativos de la hipertermia, no sólo están relacionados con los ejercicios intensos sino con cualquier circunstancia que eleve la temperatura corporal como son el uso de sauna, baños termales, jacuzzi con agua caliente, etc.
Aunque los efectos de la hipertermia antes del segundo trimestre todavía no han sido comprobados, los efectos de la redistribución del flujo sanguíneo hacia el músculo materno y la piel, cuando son transitorios, puede producir disminución de la cantidad de oxígeno y sufrimiento fetal, pero si la redistribución es prolongada, podría resultar en una restricción del crecimiento intrauterino.
Quedan dudas acerca de los efectos a largo plazo del ejercicio materno sobre el feto.
| En mujeres que realizan ejercicios intensos durante el embarazo, se ha descrito menor ganancia de peso, mayor incidencia de parto pretérmino (en promedio 8 días) e hijos con disminución de aproximadamente 550 g del peso promedio al nacer. También se asocia con disminución de la frecuencia cardiaca fetal, en 5 a 10 latidos por minuto. Sin embargo, no se han demostrado efectos adversos fetales en relación con los cambios en la frecuencia cardiaca fetal y el ejercicio materno. En las no embarazadas, la temperatura corporal se puede elevar entre 2 y 3 °C durante el ejercicio físico de moderada a fuerte intensidad. En estudios hechos en animales preñados, se ha observado que una elevación de la temperatura corporal mayor de 1,5 °C, durante el período de formación del embrión, detiene la división celular de las neuronas del cerebro. Estos hallazgos sugieren la posibilidad de que una temperatura materna superior a 39,2 °C, en etapas tempranas de la gestación, puede originar malformaciones. Sin embargo, no se ha demostrado que exista un incremento de las malformaciones en los fetos de mujeres que continúan practicando ejercicios vigorosos durante la gestación. | | | |
| | |
Banners patrocinados
Anuncios patrocinados
|