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   ZONAS ERÓGENAS   
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Zonas erógenas
 
 

ZONAS ERÓGENAS

El cuerpo humano es una enorme zona erógena y aunque en algunos puntos, las sensaciones son mayores que en otros, está plagado de puntos que producen sensaciones placenteras y son las llamadas zonas erógenas, cuyo estímulo tiene como finalidad activar sexualmente a una persona.

Esta zona erógena responde con una especial sensibilidad ante un estímulo adecuado; además, producen sensaciones placeteras con caricias que desembocará en una serie de pasiones a veces incontroladas.

Es muy importante aprender a acariciarse y a dejarse acariciar, sin concentrarse únicamente en las zonas erógenas comunes, ya que cada persona posee un mapa erógeno exclusivo y diferente. La mayoría de los hombres subestiman cuánto tiempo lleva el proceso de caricias, porque sus erecciones serán con mucha mayor rapidez.

En un encuentro sexual, los estímulos táctiles se convierten en estímulos sexuales y hay que destacar el papel de la mente y las emociones. También no es bueno obsesionarse con las zonas eróticas porque todo el cuerpo, de forma natural, reacciona positivamente al contacto y a la estimulación sexual. En general, reaccionamos a estímulos muy variados: táctiles, visuales, verbales, etc.

No siempre la estimulación de las zonas erógenas produce placer, depende sobre todo del conocimiento de la pareja, saber lo que le gusta y lo que no y la predisposición que tiene para disfrutar. La búsqueda de las zonas erógenas puede iniciarse por cualquier parte del cuerpo, pero hay variaciones en cuanto a la zona del cuerpo donde se localizan, por esto entran dentro de la clasificación de las zonas erogéneas que son las siguientes:

 

 

Zonas erógenas
primarias
 

ZONAS ERÓGENAS PRIMARIAS

Son aquéllos en los que se concentra gran cantidad de terminaciones nerviosas, que producen una fuerte sensación erógena. Responden ante cualquier toque sensual, siendo la mejor vía para llegar a la excitación sexual.

En el hombre las zonas erógenas primarias tienen una respuesta es mucho más rápida y se sitúan a nivel del glande, el frenillo y el pene. Este puede desear inmediatamente a una mujer, en un minuto puede llegar a tener una erección, en dos minutos puede experimentar el orgasmo y tres minutos puede estar profundamente dormido, cosas que influyen mucho en la respuesta sexual de la mujer que es muy diferente

En la mujer primero se excita mediante caricias movimientos circulares en el clitoris, y posteriormente con la vagina, donde se encuentra el famoso punto G, por la contracción de los músculos y gracias a la penetración del pene. El hacerlo de una manera desesperada, puede provocar resultados contrarios a los deseados.

 

 

Zonas erógenas
secundarias

 

ZONAS ERÓGENAS SECUNDARIAS

Son aquellas con menor cantidad de terminaciones, aunque hay mucha variación dependiendo de cada individuo. Es muy importante aprender a acariciarse y a dejarse acariciar.

No hay que concentrarse únicamente en las zonas erógenas comunes. Por ejemplo en la mujer está el cuello, los labios y el centro de la espalda, etc.; en el hombre la estimulación de la piel, la nuca, etc.

Piel. En la piel del ser humano, sobre todo del varón, se produce más secreción sebacea en la que tiene la mujer. Esto es debido a la cantidad de andrógenos que produce el varon, así que la piel es más gruesa y grasa que las femenina.

Ese contacto con la piel es uno de los mayores componentes de la actividad sexual, ya que la piel está compuesta de una infinidad de puntos. Con una superficie de 18.000 cm2 y un millón y medio de receptores sensitivos, se puede decir la piel es el órgano sensorial más extenso del cuerpo humano.

Más allá de lo que la estimulación de estos puntos signifique sexualmente, el contacto de piel contra piel es una de las formas más sencilla y placenteras de alcanzar la armonía mental y espiritual. Este es el órgano sexual más extenso y sensible, ya que debajo de la piel existen terminaciones nerviosas que detectan el tacto y permiten sentir calor, frío, dolor, placer y cualquier otra sensación.

 

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Labios sensuales

Labios. Son zonas erógenas que obviamente responden a los besos y lamidos. Son los primeros órganos que pueden ser excitados para continuar con el resto de zonas de la piel. La sensibilidad de los labios aumenta con la excitación, haciéndolos muy sensibles al roce y la caricia de otros labios y otras partes del cuerpo de tu pareja. Es para muchas personas, el vehículo para obtener los juegos sexuales más sensuales y excitantes.

Es muy raro que un hombre no disfrute de besarse con su pareja, por lo que cuanto más lo bese, mejor. Besar permite que el hombre sepa que está en la antesala de algo mucho mejor y eso hace que su mente comience a fantasear.

En la boca se ubica otro órgano retráctil que es la lengua, llena de sensibles glándulas y da mucho juego, a la hora de estimular sensualmente cualquier zona erógena de la piel.

Podemos excitar al hombre pasando la lengua desde la base del pene el principio del perineo, que es el espacio entre el escroto y el ano. El lamer el trasero con la lengua es una forma muy íntima de explorar el ano, tanto en la relación homosexual como en la heterosexual. El bordear con la lengua es extremadamente excitante, porque la apertura del ano es muy sensitiva, y los labios y la lengua son muy expresivos.

También en la mujer la lengua juega un papel muy importante, ya que la manipulación del clítoris es fundamental en una relación sexual, sin embargo, hay que recordar que esa manipulación tiene que ser delicada, con movimientos circulares lentos sin aplicar demasiada presión sobre el clítoris, porque el secreto pasa por mantener los movimientos suaves.

 

 

Zonas erógenas:
orejas
 

Orejas. Hay dos partes muy sensibles en los dos sexos: el lóbulo de la oreja y la parte trasera. En contra de la creencia general, los hombres suelen serlo más que las de las mujeres. Sin importar el sexo de tu pareja, prueba la siguiente técnica: introduce la punta de tu lengua en el interior de su oreja y traza círculos. Después lame el lóbulo de la oreja y aprisiónalo entre tus labios, apretándolo suavemente.

Puedes repetir los movimientos y alternar con caricias en las otras partes de la oreja con tu lengua y tus labios. También puedes soplar un poco, detrás de la oreja. Si a estas caricias y mimos le añades una dosis de palabras cariñosas y de suaves susurros seguro, que derretirán de placer a tu pareja.



Oídos. Tienen una serie de terminaciones nerviosas dentro y alrededor del mismo esto hace que los oídos sean altamente sensibles. A mucha gente le gusta que le susurren al oído cosas sensuales, resulta muy excitante debido a la cantidad de terminaciones nerviosas existentes.

Si se acompaña con un movimiento leve del delicado lóbulo de la oreja lamiéndolo, soplándole o mordisqueándolo, siempre con cuidado, puede producirse una gran excitación. Por el contrario, a las mujeres no les gusta que le taladren oídos con la lengua, también a muchas mujeres les desagrada sentir un exceso de salivación y si le soplan fuertemente en el oído lo cual va conseguir un efecto contrario al de la excitación.

 

Cuero cabelludo. Al jugar con el cabello de tu pareja, se pueden producir diversas sensaciones de placer, por qué el masaje de él produce un relax muy placentero, por lo que resulta recomendable al comienzo y al final del acto sexual. Esta relajación es esencial para que se pueda generar una buena tensión sexual en el cuerpo. Utiliza los pulgares para dar a tu pareja suaves masajes circulares. También masajea las sienes y el centro de la frente.

 

Cuello, nuca y hombros. Con las manos o la boca se pueden estimular estas zonas de especial sensibilidad produciendo reacciones placenteras y escalofríos. Besarlo y lamerlo, incluso soplarle o acariciarlo, sin llegar a tocarlo produce, una sensación tan cercana al placer, que incluso llega a erizar el vello en la piel.

Esta zona está llena de vasos sanguíneos, así que hay que tener mucho cuidado, porque si se trata con brusquedad, pueden quedar contusiones conocidas como “mordeduras del amor”. Si el mordisqueo es suave, lento y sensual, será bien recibido por el cuello; pero si éste es fuerte, puede que sea doloroso y no es conveniente para un hombre andarse cubriendo sus marcas en el trabajo.

La nuca también es muy propensa a producir excitación al tiempo que es tratado con dulzura y el área del cuello y de la clavícula es una región muy sensible. A mayor presión sobre el cuello masculino, más placer y excitación le producirá. Psicológicamente, la nuca transmite una sensación de confianza a quien recibe la caricia, y de ternura el que la lleve a cabo. En relación a la salivación, el exceso de este puede para algunas mujeres resultar desagradable; sin embargo, para otros puede preparar el perfecto camino para un ansiado encuentro sexual.

 

 

Zonas erógenas:
pechos
 

Pechos. El pecho del hombre responde sexualmente pero con menos intensidad que el de la mujer, aunque sigue siendo una de las partes favoritas del cuerpo. Es por esto que al estar con ellos, hay que saber acariciarles el pecho de forma sutil, pero a la vez.... atrevida.

Los pechos pueden ser estimulados muchas formas: comienze lentamente con sus caricias y luego intensifiquelo poco a poco, conforme aumenta el deseo. Puede ser acariciados, másajeados, cubrir sus pechos con besos húmedos de arriba a abajo. También soplar en una superficie húmeda, hace que la alternancia entre el frío y el calor sea muy excitante.

Los pechos de la mujer, pero sobre todo los pezones, es una zona erogena y que si se masajea en forma correcta, puede hacer que la mujer alcance un grado máximo de excitación e inclusive el orgasmos, sin necesidad de penetración.

Si decides usar las uñas recuerda que éstas no pueden rasguñar, porque pueden causarles dolor y dejar marcas. Una práctica sexual muy excitante para los dos, es la de masturbar al hombre mediante los pechos de ella, simplemente colocando el pene entre los dos pechos, y apretarlos de manera que el pene quede sujeto entre ellos y realizar movimientos verticales como en el coito.

 

Brazos y manos. Una estimulación manual suave en la zona axilar y la cara interna del antebrazo resultan muy placenteras, pero siempre que se eviten las cosquillas. La parte interna del codo resulta una zona erógena de carácter secundario y tiene utilidad en combinación con otras zonas, pero no de forma independiente.

La receptividad nerviosa de los dedos es utilizada continuamente para sentir las texturas, formas y rugosidades. Esta sensibilidad los convierte en un medio muy adecuado para sentir el cuerpo de la pareja.

Pon la mano sobre tu boca y recorre con la palma, con sólo la punta de la lengua. Utilice el resto de sus dedos para frotar simultáneamente el otro lado de la mano y esta es una sensación inusual y muy excitante.

 

 
 
Zonas erógenas: pies



 

Pies. Estos están llenos de terminaciones nerviosas, que proporcionan sensaciones muy placenteras. Para empezar, puedes darle uno masajes suaves en la planta de los pies, empezando por el tobillo y bajando hasta los dedos. Dale un masaje en cada dedo, pero hagas lo que hagas en los dedos o con los pies, procura no hacerle cosquillas.

Tanto si desea iniciar la relación sexual, como si simplemente quiere ayudarla a relajarse, el frotar los pies de su mujer logrará cosas increíbles. Utilice algún aceite de masajeo o crema para el cuerpo, y comience frotando cada uno de los dedos hasta llegar al talón.

Un juego sexual que puede resultar muy satisfactorio para los dos, es el de usar los pies para jugar con los genitales de la pareja. Eso sí, siempre hay que actuar con mucho cuidado, ya que con los pies no existe tanto control que con las manos.

 

Zonas erógenas:
abdomen

 

Abdomen. Ponga su cabeza frente a ambos lados de la cintura de él, y bese el abdomen de un lado al otro, de forma esporádica, para mantener la sorpresa sobre los lugares que besará. Responde muy bien a frotamientos y besos suaves, porque el área alrededor del ombligo es muy sensible en las mujeres.

En el hombre, el área que va del ombligo al pubis está repleta de terminaciones nerviosas. No toda estimulación de una zona erógena será siempre placentera. Depende de varios factores, como la destreza del amante en la estimulación, o simplemente en la predisposición del receptor/a al estimulo.


Ingles. Especialmente sensible en los hombres. Recorre la ingle con los dedos, y haz un suave masaje desde la cadera hasta el interior del músculo. Combínalo con besos en la cara interna del muslo.

Recorre con los dedos todo el interior de la ingle, en dirección a su pene hasta llegar a la parte inferior de los testículos. Presiona el perineo varias veces, esta técnica puede ser un excelente preludio al sexo oral.

 

 
 
Zonas erógenas: espalda
 

Espalda. A los lados de la columna vertebral se localizan una serie de nervios que pueden estimularse de forma muy efectiva, por medio oral o manual, en sentido ascendente o descendente.

Un buen masaje en la espalda debe hacerse con algún aceite adecuado y con esto puede lograr increíbles efectos de relajación, ideal para la preparación física y mental tu pareja... para ese encuentro íntimo.

La zona donde se junta la espalda con las nalgas, es una de las zonas erogéneas que responde muy bien a la estimulación. Otra de las cosas más esplendidas para las mujeres, es darlas vuelta boca abajo, y lamerles y besarles suavemente la espalda, comenzando lentamente por su nuca y finalizando en la entrada de sus glúteos.

 

Muslos. El interior de los muslos, donde la piel es más suave, es un área muy sensible que puede ser fuente de placer si se acaricia, lame o se besa y es siempre un lugar magnífico para excitar a su pareja. Cuando la mujer está suficientemente excitada, responde al más mínimo roce, debido al fluir de la sangre acumulada que produce un efecto muy particular. También se pueden acompañar estas caricias con otras caricias añadidas por otros lugares erógenos del cuerpo, que estén al alcance de la mano, de la boca, de la nariz.

 

 
 
Zonas erógenas: nalgas
 

Nalgas. Contienen muchas terminaciones nerviosas que pueden ser estimuladas con facilidad, mediante pequeñas palmadas o fricciones.

En las mujeres, funcionan mejor los masajes que las levantan y las abren, que los que las aplastan y cierran. Algunas mujeres pueden sentirse incómodas al exponer sus nalgas y que esto sea su centro de atención.

En el hombre, una vez excitado, puedes volverlo loco de pasión golpeando pellizcando o masajeando su trasero. Acaricia uno de los puntos favoritos de los hombres, allí donde confluyen espalda y trasero, usando las dos manos.

 

 
 
Esfinter extreno del ano
 

Ano. El ano es un simple orificio que se halla en el extremo terminal del tubo digestivo y se trata de una abertura a través de la cual los materiales de desecho de las heces salen del cuerpo. 

Tiene una gran sensibilidad, tanto en el hombre como en la mujer, porque tiene un gran número de terminaciones nerviosas, lo que hace de esta zona una de las más sensibles. Se puede estimular mejor con suaves movimientos circulares, con la yema de un dedo o con la punta de la lengua.

En el caso de las mujeres, si le gustan los juegos anales, se puede comenzar por separar gentilmente sus nalgas, para crear el estímulo sobre lo que sigue con los besos anales.

En el caso del hombre, un estímulo apropiado en esta área, podría elevar altamente el placer. En el llamado punto G masculino, la única forma de llegar hacía este punto es a través de la penetración del ano, aunque también puede estimularse a través del perineo.


 

 
 
Perineo
 

Perineo. Se denomina perineo al área comprendida entre el escroto y el ano, y a pesar de la riqueza en las sensaciones que puede producir, no es una zona endógena frecuentemente explotada. Es muy sensible a la estimulación, de la cual se disfruta mucho, aunque poca gente se puede condicionar al disfrute sexual.

En el caso de la mujer, esta zona reacciona muy bien a la presión de los dedos o a las caricias circulares. En el caso del hombre, es más sensible aún, debido a que bajo la piel de encuentra el llamado punto G masculino.

Además está la próstata, que está localizada en la cara anterior del recto, a pocos centímetros del orificio interno, y cuyo estímulo táctil o por el pene o con juguetes sexuales, es placentero en la mayoría de los hombres. La combinación de la estimulación del perineo y a la vez que practicas sexo oral, resulta extremadamente placentera y para una mejor experiencia, traten de usar un aceite de masajes o un lubricante artificial.

 


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