Por: Miguel Sira-Vargas
El ejercicio de la función sexual es una condición fisiológica que se puede realizar libremente durante el embarazo, sin que ello conlleve a un aumento de la morbi-mortalidad materno-fetal, siempre que no existan contraindicaciones para su realización.
Las fases del ciclo sexual de la mujer no embarazada: excitación, meseta, orgasmo y resolutiva, ocurren de una manera similar en la mujer embarazada; sin embargo, existen algunas diferencias en las manifestaciones genitales y extragenitales, debido a las modificaciones anatómicas que ocasiona el embarazo.
Existen variaciones del deseo y de la respuesta sexual en las diferentes etapas de la gestación; así, en el primero y en el tercer trimestre suele haber una disminución, aunque en el segundo trimestre pueden no ocurrir cambios y hasta puede haber un aumento. En el período postparto suele haber una disminución como consecuencia de la demanda emocional y de tiempo, que ocasiona el recién nacido durante los primeros meses.
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