Familia

ASPECTOS MORALES Y ÉTICOS

El éxito obtenido en la ovodonación en mujeres mayores de 40 años, hace que el embarazo sea factible, virtualmente en cualquier mujer, con un útero normal, independientemente de la edad o la ausencia de ovarios o de la función ovárica.

La edad reproductiva de las mujeres, alguna vez impuesta por la naturaleza, se ha extendido artificialmente. Tanto las que tienen falla ovárica prematura como, las que están en edad posreproductiva. Se pueden embarazar mediante el uso de óvulos donados fertilizados in vitro y luego transferidos a su útero.

La donación de óvulos en aquellas mujeres con menopausia precoz, anomalias cromosómicas u otras condiciones patológicas, cae en el marco del tratamiento médico y no representan problemas éticos especiales. No obstante, la práctica se hace problemática cuando la ovodonación no se usa para el tratamiento de una condición patológica, como por ejemplo, en mujeres postmenopáusicas.

ARGUMENTOS

Los argumentos a favor de la donación de óvulos en mujeres postmenopáusicas se basan en las prácticas sociales, en la igualdad de sexos y en la libertad reproductiva. En nuestra sociedad, es frecuente que los niños sean criados por los abuelos, que realizan la mayor parte del papel de padres y, con frecuencia, proporcionan a la unidad familiar una estabilidad económica, responsabilidad y madurez. Por tanto, no existe ninguna razón por la cual se deba asumir que la sociedad se afectará adversamente, si se permite que individuos de edad avanzada procreen o para pensar que estas mujeres y sus parejas carecen de la fuerza física y psicológica necesarias para criar a los niños.

También es conocido que la fertilidad natural del hombre se mantiene más allá de los 60 años y sería injusto negarles a las mujeres una alternativa exitosa de reproducción a edades equivalentes. Ésa es una posición discriminatoria hacia la mujer, especialmente si se considera que el promedio de vida de las mujeres es superior al de los hombres. Por tanto, dada la posibilidad de que la reproducción postmenopáusica pudiera satisfacer el fuerte deseo de una pareja de tener hijos, sería equivocado negarles a las mujeres el uso de óvulos donados solamente por su edad.

ESTUDIOS DE LA RECEPTORA

A la hora de seleccionar a una receptora se debe individualizar cada caso y hacer una evaluación médica y psicológica minuciosa de la mujer y sus parejas, en vista de que en el embarazo después de los 35 años, la mujer se enfrenta a un riesgo médico aumentado de hipertensión, diabetes, preeclampsia y otras complicaciones. Por tanto, no se debería realizar ovodonación en mujeres mayores de 50 años de edad, no solamente por los riesgos asociados, sino también por la capacidad para la crianza y la calidad de vida del niño.

PAGO A LA DONANTE

Este es un punto de controversia porque lo ideal es que éste sea un acto altruista que no tenga fines de lucro; sin embargo, serían muy pocas las mujeres disponibles para las unidades de reproducción humana. Por tanto, es éticamente aceptado una compensación económica a la donante, visto como una gratificación, pero se recomienda que se haga por el trabajo realizado para practicar la aspiración folicular y no de acuerdo a la calidad o cantidad de los óvulos obtenidos.

ANONIMATO DE LA RECEPTORA

También existe controversia acerca del anonimato de la receptora porque las legislaciones varían de un país a otro. En Australia, la legislación vigente no acepta el anonimato de la donante y permite que tanto los padres como los hijos tengan conocimiento de su identidad.

En Islandia se permiten ambas opciones; si la donante decide ser anónima la unidad respeta esto y no se da ninguna información a los receptores o a la descendencia, pero si no desea serlo se debe guardar la información de los niños concebidos y en caso de que lo deseen, se les puede suministrar a partir de los 18 años. En Estados Unidos y en la mayoría de los países latinoamericanos no existe legislación al respecto y la mayoría de las asociaciones de unidades de reproducción recomiendan el anonimato de la donante.

En general si la donante es suministrada por la unidad, esta es anónima y la pareja receptora o la descendencia nunca conocerá el origen de los óvulos; sin embargo, la donante también puede ser conocida por la pareja y con frecuencia es un familiar. Esto constituye más un acto altruista, porque generalmente no reciben ningún tipo de remuneración.