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   SENTIRSE BIEN SIENDO LESBIANA   
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SENTIRSE BIEN

 
 
Lesbianas 
 

Todas las personas tienen derecho a sentirse bien consigo mismas y desarrollar la autoestima, lo cual es muy importante para los jóvenes. Es difícil que los gays y lesbianas se sientan bien consigo mismos, porque estamos rodeados de personas que creen que estan enfermos, o son pervertidos o estamos destinados a vivir vidas muy desdichadas.

Cuando las mujeren sienten que tienen que ocultar quienes somos realmente, puede que ellas caigan en las drogas, el alcohol e inclusive el suicidio. Pueden sentirse aisladas, temerosas y deprimidas, especialmente si no han tenido a nadie con quien hablar el hecho de ser lesbianas.

Cada vez más las jóvenes lesbianas aprenden a gustarnos a nosotras como somos. Nos gusta leer buenos libros sobre lesbianas, con información precisa y escritos sobre cultura lesbiana que tienen vidas muy plenas.

Nos ayuda también reunirnos con otras lesbianas, porque entonces descubrimos que las lesbianas son tan diversas, como cualquier otro grupo de personas. Además, trata de encontrar a alguien con quien hablar porque no hay nada malo en ser lesbiana. Recuerda, es normal y natural ser lesbiana, del mismo modo que para algunas personas es normal y natural ser heterosexual.

 

TENER TIEMPO PROPIO

 
 
Lesbianas
 

No es extraño que en el principio de una relación, las parejas lesbianas tengan que pasar todo su tiempo libre juntas, apoyadas en el enamoramiento y en el descubrimiento mutuo.

Las amigas que dejan de verse y las actividades por separado cesan, la relación se convierte en un problema. Esto puede hacer que las dos mujeres se sientan muy bien por un tiempo. Pero luego, este enfoque de la una con la otra decrece, usualmente cuando una de las mujeres expresa su necesidad de espacio propio.

Ella puede necesitar tiempo para estar sola, o buscar pasar más tiempo con sus amigas. Si pospone este deseo por mucho tiempo, esta sensación de necesitar el tiempo puede convertirse en desesperación.

Sintiéndose rechazada, esta última puede enojarse y cuestionar el amor de la otra o la mutua compenetración. La que busca espacio se sentirá incomprendida, sofocaba y controlada. Eso causará que sienta aún mayor necesidad de espacio propio, lo cual puede ser una combinación para nada favorable.

Pequeños o grandes lotes de mutuo entendimiento y confirmaciones de este punto, la mayoría de las parejas terminan discutiendo. No importa cuánto quieran comprender la necesidad de apoyo de la otra en espacio separado. Este espacio solo surge después de una pelea, lo cual no es satisfactoria para ninguna de las dos mujeres.

 

 
 
Negociaciones 
 
 
 

NEGOCIANDO CON NUESTRAS DIFERENCIAS

Negociando las diferencias puede ser un cambio real para las parejas. Como lesbianas, amamos y nuestra semejanza nos hace sentir bien en todo momento. Nosotras nos deleitamos en la otra, de su cuerpo, en las cosas que hacemos juntas, intercambiar ropa, compartir la música y la comida, las ideas y risas. Pero, cuando hay un punto o muchos puntos de diferencia, estas nos hacen sentir incómodas, nos asustan o nos ponenos molestas.

Desde las cosas menos importantes como cuando irse a dormir, a las más importantes, como sentir rechazo por las amistades de la otra o no disfrutar del mismo tiempo de actividades sociales, en algún momento descubrimos que las diferencias existen.

Nuestra dificultad como parejas lesbianas, reside en que negociar estas diferencias. Esto puede conducir a la disconformidad con la separación que esto pueda causar, o el hecho de que estas diferencias cambian los supuestos sobre cómo las relaciones “deberían ser”.

Pensamos que el sentir cosas por separado no está bien o que esto significa que existe un problema, cuando en realidad es muy sano descubrir estas diferencias y esto puede ayudarnos a sentirnos mucho más cercanas y unidas.

De pronto nos sentimos incómodas con este privilegio, si nuestra identidad está envuelta en la otra persona, podemos creer que nuestras diferencias significan que algo está mal entre las dos, pero las diferencias son solo eso... diferencias. Cada una puede aprender de las diferencias de la otra. Una mujer que necesita mucho espacio, puede aprender cómo manejar esto de modo claro y sin herir a la otra persona.

Nuestra inclinación tiende a suprimir las diferencias, porque nos preocupa que estas signifiquen que algo está mal en la relación. Pero, suprimir las diferencias, solo conduce a relaciones incompletas y apagadas o en el caso opuesto, a constantes peleas.

Desconocer o desvalorar las diferencias conduce a resentimientos, descenso del deseo sexual, desbalance del equilibrio de una pareja, frustraciones y amargas discusiones. Dejar que las diferencias surjan a la luz del día y no atacar nada de modo negativo significa darle vida a una relación. Nótese que hablar y apreciar las diferencias puede prevenir muchos problemas.

 

 
 
Negociando los
conflictos

 

NEGOCIANDO LOS CONFLICTOS

Cuando el resentimiento surge, la mayoría de las mujeres evita mostrarlo. La mayoría de las nosotras nunca pensó en medios para negociar con nuestro enojo o nuestros conflictos.

Muchas mujeres tratan duramente de estar junto a su pareja como sea, minimizando las diferencias y suprimiendo los sentimientos de enojo o resentimiento. Pero, nuestro enojo no se va a ningún lado y generalmente crece y se expresa en formas indirectas, que generalmente resultan hirientes para la otra persona y para la relación.

Expresar los resentimientos es realmente importante y las mujeres tenemos que trabajar para poder hacer esto. Tomar tiempo para escuchar a los demás puede ayudar y entender los motivos de enojo de la otra ayuda para la relación de pareja.

No se trata de que la situación esté bien o que está mal, sino acerca de entender los puntos de vista de cada una y como negociarlos. Muchas veces un buen remedio para una relación en problemas, es hablar con una amiga de confianza, acerca de lo que está pasando dentro de tu relación y como esa persona puede intervenir en el conflicto.

Nuestros conflictos no son muy diferentes a los de los demás y podemos aprender escuchando como otras lesbianas han manejado sus problemas, lo cual es algo de lo que nunca oiremos lo suficiente.

 


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