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DOMINACIÓN/ sumisión | |
DOMINACIÓN/sumisión
También conocida bajo las siglas D/s, es un conjunto de costumbres, comportamientos y prácticas sexuales, centradas en relaciones de consenso. El que tiene un estatus superior, son los llamados "dominantes" y los que adquieren la posición subordinada, se llaman "sumisos”.
Ambos obtienen el placer de una experiencia compartida y de eso se trata el BDSM, que es la denominación usualmente empleada para designar una serie de prácticas y aficiones sexuales relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidad extrema convencional.
Es importante resaltar que la D/s es una característica personal, y que cada individuo puede tener un grado distinto. Una relación entre D/s puede ser sexual o no, a largo o corto plazo, íntima o anónima. Hay algunos D/s llamados “switches”, a quienes les gusta jugar alternativamente en cada rol, actuando a veces como dominante y otras como sumiso.
HISTORIA
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DOMINACIÓN/sumisión | |
La historia de la humanidad puede escribirse como la historia de la DOMINACIÓN/sumisión. Los testimonios más antiguos se remontan a la edad de piedra, de la que se conservan dos Venus, atadas con correas de piel.
Las guerras tribales, los imperios, las religiones han impuesto normas sociales de esta conducta. La competición más o menos amistosa entre países, las tiranías, las demagogias, la esclavitud.... y mucho más, es el resultado de la aceptación inconsciente de esas normas de juego.
En la Edad Media, entre los siglos XIII y XV, el movimiento de los Flagelantes recorre toda Europa, que surgió por la Peste Negra. Ellos pensaban que recreando la Pasión De Cristo con latigazos, lograrían salvarse de la peste negra, a la cual consideraban un castigo mandado por Dios.
A finales del XIX, el desarrollo de la economía capitalista hace posible que la subcultura del cuero comience a organizarse y hacerse visible en países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, Muchos de ellos, acabaron encontrando en los “clubs de motos”, que proliferaban en la California de los años 40-50.
El placer por el “hombres de cuero” los hizo revivir sus fantasías con el espacio adecuado para vivir. Sus efectos fueron inmediatos, porque a partir de ese momento, se produjeron oleadas masivas de emigración gay a San Francisco, lo que la convirtió en pocos años en la capital del mundo gay. En los 60-70 fueron para los hombres de cuero de San Francisco la edad de oro. Fue allí, sin embargo, fue donde más azotó la epidemia del SIDA.
En este siglo XXI las cosas han cambiado, existen fiestas, orgias, intercambio de parejas, etc.
INTERCAMBIO: DOMINACIÓN/sumisión
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Intercambio DOMINACIÓN/ sumisión | |
En esos juegos de intercambio de poder hay dos roles:
- El dominante, es el que controla a la persona sumisa. Es el que “recibe” el poder, da las órdenes y propina los castigos.
- El sumiso, es el que tiene aceptar y sufrir lo que quiera el dominante. Es el que entrega el poder, el que va ha ser mandado y castigado porque no tiene otra opción.
En la sexualidad humana el hecho de seguir a un líder, se ha extendido hasta alcanzar los límites en la exploración humana. Las emociones y actividades serían complicadas e imposibles de hacer, sin que un compañero tomase el rol opuesto.
Es importante recalcar que en última instancia es el sumiso y no el dominante, quien tiene el control, es el que va a aceptar o no lo que se le puede hacer, no importa que quiera el dominante.
Estos papeles son interpretados por hombres y mujeres en similares porcentajes y no es verdad que las mujeres son sumisas y los hombres dominantes, a veces hay un cambio de actitud donde... las mujeres son las dominantes y... los hombres los sumisos.
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Contacto físico | |
CONTACTO FÍSICO
En sí misma, la D/s proviene de un instinto animal donde existe el contacto físico. En el caso de los animales superiores, la D/s se trata de un mecanismo inconsciente que regula la jerarquía de los animales, como ocurre con las manadas de lobos o de monos. En ellos solo basta que el dominante haga un gesto agresivo, para que el otro muestre su sumisión mediante claros indicadores de vulnerabilidad.
El contacto físico no es necesario y puede incluso ser inducido anónimamente vía telefónica, email o servicios de mensajería on-line instantánea. Su objetivo no es que la obediencia surja de un temor al castigo, sino que lo haga a partir del deseo de complacer al dominante.
Deben tener una confianza suficiente como para entregar a ciegas su voluntad; del mismo modo que el sumiso ha de llevar a cabo una entrega física y psicológica y no un proceso de autodestrucción.
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Disfrute | |
DISFRUTE
En la D/s, cada participante siente placer o disfrute erótico por el hecho de ser dominado o dominante. Aunque los tratos de D/s se representan con brutalidad y crueldad, los que aceptan estas prácticas señalan que el fin de esto no es puntualmente el dolor.
Se basa primordialmente por la confianza, comunicación entre ambos, ética profunda y respeto mutuo, donde la exploración de emociones a través de la fuerza, se realiza en un lugar y ambiente seguro.
Esto es proveído generalmente por el sumiso, para prevenir que el dominante pueda traspasar los límites físicos y emocionales. En este se realizan actividades de humillación o "juegos mentales", porque los sumisos pueden o no darse cuenta del límite emocional hasta que lo cruza.
Es comprensible aquí el miedo a que él otro tome un control que uno ya no posee, pero si uno de estos límites supera la brecha de este submundo, el dominante cesará su actividad inmediatamente y conversara este punto con el sumiso, de una manera suave y comprensiva.
La mayoría de los D/s buscan en estas prácticas un estilo negociable y que haya cierta intensidad, confianza e intimidad, que son las necesarias para permitir que una relación sea posible con puntos en común. No hay que esperar recompensas, aunque vaya a obtenerlas; su determinación ha de venir de esta entrega, aunque la gratificación bien administrada por parte del amo y puede que aprecie el regalo que le ofrece la persona sumisa. Puede que sea un ingrediente esencial a la hora de que el sumiso pueda seguir superando sus límites para entregarse por completo.