El contacto con la naturaleza es, de por sí, un ejercicio saludable: caminar al aire libre, rodearnos de árboles y vegetación, mirar el cielo despejado nos relaja y nos anima.
Si tenemos acceso a un parque, la posibilidad de respirar aire puro y compartir nuestro tiempo con animales y plantas, caminar, trotar e incluso correr, son los mejores ejercicios. Podemos, también practicar yoga o sencillamente, realizar ejercicios de estiramiento y de respiración que nos oxigenan.
Sin embargo, cuando somos habitantes de ciudades las posibilidades de acceder al espacio físico, sobre todos los abiertos (parques, caminerías, zoológicos, zonas de bicicleta, etc.) no suelen ser frecuentes.
| Los horarios de trabajo, las distancias entre nuestras viviendas de habitación y las oficinas en las que trabajamos se convierten también en enemigos del ejercicio. A pesar de lo anterior, los ejercicios más recomendables para realizarse al aire libre siguen siendo:
- Caminar, trotar o correr (lejos de zonas contaminadas: calles o avenidas con gran flujo de tránsito automotor), en parques, paseos, playas;
- Montar bicicleta, escalar;
- Practicar yoga u otro tipo de deportes de origen oriental (muchos de ellos pueden realizar sin problemas en espacios cerrados: judo, tai chi, meditación), jugar fútbol, tenis, béisbol, etc.
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